Ambientada en la década de 1960 en Los Ángeles, Ouija: Origin of Evil (2016) se presenta como una precuela que profundiza en los orígenes oscuros de la famosa tabla espiritista. Bajo la dirección de Mike Flanagan, la cinta logra combinar el estilo clásico del cine de terror con una historia cargada de atmósfera y tragedia familiar.
La historia gira en torno a Alice Zander, una viuda que se gana la vida realizando falsas sesiones espiritistas con la ayuda de sus hijas, Lina y Doris. Lo que empieza como un negocio de ilusiones pronto se convierte en una pesadilla real cuando Alice introduce una tabla Ouija en sus prácticas, sin imaginar las consecuencias.
Doris, la hija menor, se convierte en el canal de fuerzas que nadie puede controlar. Lo que en un principio parece un don —la capacidad de comunicarse con los muertos— pronto se revela como una maldición, a medida que entidades siniestras se apoderan de su inocencia.
La película se distingue por su atmósfera inquietante, construida a partir de un ritmo pausado y una estética visual inspirada en el cine de terror de la época. Flanagan logra transmitir un miedo que no depende únicamente de los sobresaltos, sino de la tensión acumulada y el terror psicológico.
El elenco, encabezado por Elizabeth Reaser, Annalise Basso y Lulu Wilson, ofrece interpretaciones intensas que dan credibilidad al relato. Especialmente destacable es Lulu Wilson, quien convierte a Doris en una figura perturbadora, oscilando entre la ternura infantil y la monstruosidad demoníaca.
Conforme avanza la trama, Lina se convierte en la voz de la razón, intentando salvar a su hermana del mal que la consume. La dinámica entre las dos hermanas refuerza el peso emocional de la película, que no se limita al terror sobrenatural, sino que explora la vulnerabilidad de una familia rota.
El clímax desata todo el horror acumulado: los pasillos de la casa se convierten en trampas, las visiones se vuelven insoportables y la tabla revela su verdadero poder como portal hacia la oscuridad. El sacrificio, el dolor y la imposibilidad de escapar marcan el destino de los personajes.
En definitiva, Ouija: Origin of Evil no es solo una secuela más, sino una de las entregas de terror mejor valoradas de la década. Con un estilo elegante, un trasfondo emocional y escenas que permanecen en la memoria, la película demuestra que, cuando se juega con lo desconocido, el mal siempre encuentra la manera de manifestarse.