En un pequeño pueblo de Estados Unidos, un grupo de colonos del siglo XVII vive atemorizado por la creencia en brujas y criaturas demoníacas. Entre ellos circula una leyenda espantosa: cada Halloween, una bruja maldita puede invocar a un espíritu vengador para castigar a quienes la perjudican. Cuando una mujer acusada de brujería es condenada injustamente, lanza una maldición antes de morir, prometiendo que el “Goblin” vendrá a reclamar sangre inocente.
Siglos después, el pueblo ha convertido Halloween en una celebración aparentemente inofensiva, pero bajo la superficie persiste un temor latente. Los adultos hablan en voz baja sobre desapariciones misteriosas ocurridas en la víspera de Todos los Santos. Algunos creen que son coincidencias; otros están convencidos de que la maldición sigue viva.
Karen y su hijo adolescente, Kyle, se mudan al pueblo en busca de un nuevo comienzo. Sin conocer la oscura historia del lugar, se integran rápidamente, pero pronto notan que los vecinos actúan con un nerviosismo inusual cuando se acerca Halloween. Las advertencias veladas y las miradas inquietas despiertan la curiosidad de Kyle.
La noche de Halloween, un apagón deja al pueblo sumido en la oscuridad. En medio de la confusión, Kyle presencia la aparición de una figura grotesca: una criatura alta, de piel correosa y rostro deformado, con garras afiladas y ojos que brillan con hambre. Es el Goblin, liberado una vez más para cumplir con la maldición.
La criatura ataca indiscriminadamente, persiguiendo especialmente a los niños. Karen y Kyle se ven obligados a huir, refugiándose en una granja abandonada. Allí encuentran a un anciano que conoce la historia completa del Goblin y les revela que la única forma de detenerlo es devolverle a su prisión mística antes del amanecer.
La huida se convierte en una cacería desesperada. El Goblin acecha entre la niebla y los maizales, moviéndose con una rapidez inhumana. Cada ataque es brutal y sangriento, dejando claro que la criatura no se detendrá hasta cumplir su propósito.
En un clímax lleno de tensión, Karen y Kyle logran atraer al Goblin hacia un antiguo círculo de piedra, el lugar donde la bruja lanzó su maldición. Con ingenio y coraje, logran encadenar a la criatura y sellarla nuevamente, justo cuando el primer rayo de sol asoma en el horizonte.
El pueblo, aparentemente a salvo, vuelve a la calma, pero la última escena insinúa que la maldición no ha sido rota, solo contenida… y que el Goblin esperará pacientemente hasta que llegue otra noche de Halloween para reclamar nuevas víctimas.