The Boy Who Harnessed the Wind (El niño que domó el viento, 2019) es una inspiradora historia basada en hechos reales que demuestra el poder del ingenio, la perseverancia y la esperanza en medio de la adversidad. Dirigida y protagonizada por Chiwetel Ejiofor, esta película nos transporta a una aldea rural de Malaui, donde un joven desafía lo imposible para salvar a su comunidad.
La historia gira en torno a William Kamkwamba, un niño de 13 años apasionado por la ciencia, que vive en una familia campesina afectada por la sequía, la pobreza y el hambre. A pesar de no poder continuar sus estudios por falta de recursos, William se niega a rendirse y continúa aprendiendo por su cuenta, leyendo libros prestados en la biblioteca escolar.
Cuando una grave hambruna amenaza con destruir su aldea, William tiene una visión audaz: construir un molino de viento con piezas recicladas para extraer agua del suelo y salvar las cosechas. Su idea es recibida con escepticismo por los adultos, pero su determinación y fe inquebrantable lo impulsan a seguir adelante.
La película retrata de manera poderosa las tensiones sociales, políticas y familiares que enfrentan las comunidades rurales del África subsahariana. A través de los ojos de William, somos testigos del impacto que la educación, el conocimiento y la voluntad pueden tener, incluso en los contextos más difíciles.
Chiwetel Ejiofor entrega una dirección sensible y comprometida, logrando un equilibrio perfecto entre la dureza de la realidad y la belleza de la esperanza. La actuación de Maxwell Simba como William es auténtica y conmovedora, capturando la esencia de un héroe silencioso que cambia el mundo con sus propias manos.
Con paisajes deslumbrantes y una narrativa emocionalmente poderosa, El niño que domó el viento no solo es una película sobre ciencia e invención, sino también una oda al espíritu humano. Es una historia que resuena a nivel universal, recordándonos que la inspiración puede surgir incluso en los momentos más oscuros.
Este drama biográfico es una celebración de la educación como herramienta de cambio, del amor familiar y del valor de creer en uno mismo cuando nadie más lo hace. Es un llamado a no rendirse, a mirar más allá de los límites impuestos por la sociedad o las circunstancias.
The Boy Who Harnessed the Wind es más que una película: es una lección de vida que quedará grabada en el corazón del espectador mucho después de que caigan los créditos finales.