Jawbreaker (1999)

Jawbreaker (1999)
   

Jawbreaker (1999) es una comedia negra audaz, estilizada y deliciosamente retorcida que retrata el lado más oscuro de la popularidad adolescente. Dirigida por Darren Stein, esta cinta se ha convertido en un clásico de culto gracias a su estética colorida, su humor ácido y su mirada satírica al mundo de las chicas más temidas de la secundaria.

La historia gira en torno a un grupo de chicas populares liderado por Courtney Shayne, interpretada con brillante malicia por Rose McGowan. En un cumpleaños, sus amigas deciden jugarle una broma pesada a Liz Purr, la chica más dulce del grupo, encerrándola en el maletero del coche con una jawbreaker (caramelo duro) en la boca. Pero la broma termina en tragedia cuando Liz muere accidentalmente.

Lo que sigue es una espiral de mentiras, manipulación y secretos mientras Courtney intenta encubrir el crimen y mantener intacta su imagen de reina del instituto. Su frialdad y capacidad para controlar a todos a su alrededor la convierten en una villana fascinante e inolvidable.

Fern Mayo, una estudiante tímida y marginada, se convierte en una pieza clave del plan cuando descubre la verdad. Pero Courtney la transforma en "Vylette", una nueva chica deslumbrante, a cambio de su silencio. Así, Fern descubre que el poder tiene un precio, y que la belleza puede ser tan peligrosa como la verdad.

Con diálogos punzantes y un estilo visual brillante, Jawbreaker combina el glamour adolescente con un tono oscuro y perturbador. Es como Heathers con gloss labial y lentejuelas: divertida, cruel y tan superficial como profunda.

 

La banda sonora noventera, el vestuario llamativo y los colores intensos refuerzan la vibra pop art del filme. Cada escena es un desfile de moda, actitud y peligro, donde la apariencia lo es todo y la moralidad queda relegada al fondo del casillero.

Además de su valor estético, la película lanza una crítica feroz a la cultura del estatus social en los institutos, el culto a la belleza y la presión por encajar. Bajo la superficie de colores brillantes y diálogos ingeniosos, se esconde una historia sobre la pérdida de la inocencia y el poder destructivo de la mentira.

Jawbreaker es escandalosa, exagerada y deliciosamente venenosa. Una sátira afilada que nos recuerda que, en la jungla del instituto, la verdadera reina no siempre es la más querida… sino la más temida.