The Descent: Part 2 (2009) retoma el horror claustrofóbico y visceral que convirtió a su predecesora en un clásico del cine de terror moderno. Dirigida por Jon Harris, quien fue editor de la primera entrega, esta secuela profundiza aún más en la oscuridad, tanto literal como psicológica, de la pesadilla que se esconde bajo tierra.
La historia comienza justo donde terminó The Descent (2005). Sarah Carter, la única sobreviviente de la primera expedición, es encontrada traumatizada, cubierta de sangre y sin memoria clara de lo ocurrido en las cuevas. Mientras intenta recuperarse, las autoridades deciden regresar al sistema subterráneo para buscar a sus compañeras desaparecidas, llevándola con ellos como guía involuntaria.

Lo que sigue es un descenso aún más aterrador que el anterior. La nueva expedición, compuesta por rescatistas y oficiales, entra en un laberinto de oscuridad total, donde la sensación de encierro y desesperación crece con cada paso. Pronto descubren que no están solos: las criaturas que acechaban en la primera película siguen allí, hambrientas y adaptadas perfectamente a la caza en la oscuridad.
El film combina acción y terror con una atmósfera asfixiante. Los túneles estrechos, las luces temblorosas y los sonidos guturales crean una tensión constante que deja al espectador sin respiro. La sensación de estar atrapado en un infierno subterráneo se intensifica con cada escena.

A diferencia de la primera entrega, The Descent: Part 2 amplía el enfoque, mostrando más de la estructura de las cavernas y el comportamiento de las criaturas. Sin embargo, conserva el tono opresivo y la crudeza que definieron la obra original. El horror físico se entrelaza con el psicológico, recordando que la verdadera pesadilla no siempre es lo que se ve, sino lo que se imagina en la oscuridad.
Shauna Macdonald vuelve a brillar en el papel de Sarah, interpretando con intensidad a una mujer marcada por el trauma, la culpa y el instinto de supervivencia. Su regreso al infierno del que escapó simboliza tanto la confrontación con sus demonios internos como la lucha por la redención.

Jon Harris dirige con un ritmo implacable, aumentando la violencia y la desesperación mientras los personajes caen uno a uno en las garras de las criaturas. Las secuencias finales alcanzan niveles de brutalidad y tensión que hacen honor al espíritu de la saga, dejando una sensación de horror absoluto y fatalidad inminente.
En definitiva, The Descent: Part 2 es una continuación digna y aterradora que no busca solo repetir la fórmula, sino expandirla. Es una inmersión en la oscuridad del alma humana y en los rincones más primitivos del miedo, una experiencia que confirma que, a veces, el verdadero terror no está en morir… sino en volver a descender.