En una tranquila ciudad estadounidense, Jill Johnson acepta lo que parece ser una simple noche de niñera en una lujosa casa ubicada en lo alto de una colina. Todo está perfectamente planeado: los niños ya están dormidos, la casa es moderna y segura, y sus padres salieron a una elegante cena. Jill confía en que será una noche fácil para concentrarse en sus estudios.
Mientras explora la enorme casa, la joven comienza a disfrutar de la tranquilidad del lugar. Se sirve algo de beber, recorre los pasillos admirando la decoración y se acomoda para pasar las horas restantes. Afuera, el viento sopla suavemente, y todo parece estar en absoluta calma.
Pero esa calma se rompe cuando, de forma inesperada, suena el teléfono. Al responder, Jill escucha una pesada respiración al otro lado, seguida de una perturbadora pregunta: “¿Has revisado a los niños?”. Al principio piensa que se trata de una broma pesada, quizá de un amigo del colegio.
Sin embargo, las llamadas continúan, cada vez más frecuentes e inquietantes, y la voz anónima se vuelve más agresiva. Jill comienza a sentir cómo el miedo se apodera de ella. Decide llamar a sus amigos, pero ninguno contesta. A medida que pasan los minutos, la tensión crece dentro de la casa, que ahora parece demasiado grande y silenciosa.
Desesperada, la joven se comunica con la policía, pero ellos solo pueden actuar si las llamadas son rastreables y provienen del exterior. Le piden que mantenga la calma y continúe al teléfono la próxima vez que reciba una llamada. Jill accede, aunque su respiración se vuelve cada vez más inestable.
Cuando suena el teléfono de nuevo, Jill contesta temblando y mantiene la línea tal como le indicaron los agentes. Segundos después, la policía la llama: han rastreado la llamada… y proviene de dentro de la casa. En ese instante, el terror se convierte en una carrera frenética por sobrevivir.
Los ruidos se intensifican. Se escuchan pasos en el piso de arriba, puertas que se abren lentamente y sombras que se mueven entre los corredores. Jill, paralizada por el pánico, debe reunir toda su valentía para escapar de un extraño que ya ha logrado entrar sin ser visto.
When a Stranger Calls conduce al espectador a través de una montaña rusa de suspenso psicológico, donde cada llamada telefónica es una cuenta atrás hacia un final impactante. La película transforma un escenario cotidiano en una pesadilla escalofriante y nos recuerda que, a veces, el verdadero horror se esconde más cerca de lo que imaginamos.