Better Call Saul es mucho más que una precuela de Breaking Bad: es una obra maestra por derecho propio, un drama profundamente humano que explora la lenta y desgarradora transformación de Jimmy McGill en el inescrupuloso abogado Saul Goodman. A lo largo de seis temporadas, la serie combina tensión, humor negro y una narrativa impecable que la convierten en una de las joyas televisivas de la última década.
Ambientada años antes de que Walter White se convierta en Heisenberg, la historia se centra en Jimmy, un abogado de poca monta con buen corazón pero moral flexible, que lucha por dejar atrás su pasado como estafador y construir una carrera legítima. Sin embargo, en un mundo de reglas grises y decisiones difíciles, cada paso hacia el éxito lo acerca más al abismo.
La serie brilla por su escritura inteligente y su ritmo pausado pero implacable. Cada pequeño detalle, cada diálogo cargado de tensión, va construyendo un retrato complejo y fascinante de un hombre atrapado entre la ley y el crimen, entre la lealtad y la ambición.
Uno de los grandes pilares de Better Call Saul es la relación entre Jimmy y Kim Wexler, una abogada brillante e íntegra que se convierte en su aliada, cómplice y, al mismo tiempo, espejo moral. Su evolución es tan cautivadora como la del propio protagonista, y su destino mantiene a los espectadores en vilo hasta el final.
La serie también ofrece un desarrollo magistral de personajes del universo Breaking Bad, como Mike Ehrmantraut y Gus Fring, revelando los orígenes de sus alianzas, traiciones y códigos personales. La conexión con el mundo del narcotráfico se teje con elegancia, sin eclipsar el corazón emocional del relato.
Visualmente, Better Call Saul es una obra de arte. Con una fotografía cuidada al detalle, encuadres simbólicos y una estética que transforma el desierto de Nuevo México en un personaje más, cada episodio es una experiencia cinematográfica.
La interpretación de Bob Odenkirk es sencillamente magistral. Transita con sutileza desde el humor hasta la tragedia, mostrando cada capa de un personaje que, pese a sus errores, resulta entrañable. Junto a él, un elenco de alto nivel ofrece actuaciones memorables episodio tras episodio.
Better Call Saul no solo enriquece el universo de Breaking Bad, sino que lo expande con profundidad emocional, complejidad narrativa y una mirada única sobre la caída —y tal vez redención— de un hombre que solo quería ser alguien. Una serie imprescindible para quienes aman el drama de calidad, los antihéroes inolvidables y las historias bien contadas.
